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Ocho millones de toneladas de plástico entran a los
mares cada año, causando anualmente la muerte de más de un millón de aves y de
cerca de 100.000 tortugas y mamíferos, según la ONU.
El océano se ha convertido en un contenedor gigante de basura. Más de
ocho millones de toneladas de plástico llegan a este cada año, cifra que
equivale a verter un camión de basura de plástico cada minuto, de acuerdo con
un reciente estudio publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(Unep, su sigla en inglés). Los gobiernos y varias organizaciones
internacionales han empezado a tomar medidas para contener la contaminación de
las bolsas plásticas, que son el elemento principal de este daño
ecológico que amenaza a unas 600 especies de animales marinos.
Debido a la preocupación que genera la presencia de plástico en los
mares, en febrero de este año la Unep lanzó la campaña Clean Seas (mares
limpios), una
iniciativa global que busca atacar las principales fuentes de basura marina
para el 2022. La idea es que tanto los gobiernos como las industrias y los
consumidores se alineen para reducir la producción y el uso excesivo de
plástico.
Un estudio, adelantado en el marco de esta campaña, revela que este
material está causando graves daños, los cuales, al ser convertidos en
dinero, cuestan
unos US$ 8.100 millones cada año. Los principales afectados son los
ecosistemas marinos, la pesca y el turismo.
El impacto del plástico es tan grave que, según estimaciones hechas por
la Unep, para el 2050 los océanos tendrán más plástico que peces y
aproximadamente el 99 por ciento de las aves marinas lo habrán ingerido en sus
sistemas digestivos. De hecho, en la actualidad, se calcula que más del 60 por ciento de
todas las especies marinas tienen rastros del material en sus intestinos.
MALAS PRÁCTICAS
Las bolsas plásticas son la médula del asunto, porque son usadas por un
corto tiempo y, muy a menudo, una sola vez. Lo dramático es que después de
utilizadas, pueden permanecer hasta 1.000 años en el medioambiente sin
degradarse.
A la larga vida del material se suma su capacidad de flotar fácilmente
en el aire y el agua: “Las bolsas plásticas son confundidas con alimentos por
los animales, especialmente cuando llevan residuos de comida”, asegura un
estudio de la Autoridad de Protección Ambiental del Territorio del Norte de
Australia (NTE EPA), que proporciona asesoramiento y servicios de regulación
para fomentar la gestión eficaz de los desechos y las prácticas
sostenibles.
Esta entidad advierte que una gran variedad de animales terrestres y
marinos pueden ahogarse hasta morir con las bolsas de plástico que consumen, ya
sea por inanición al quedar bloqueadas sus vías digestivas o por
infecciones.
A
pesar de que el plástico ha sido reportado desde 1970 como un problema en el
medioambiente marino, hasta hace poco fue identificado como un asunto
mundial.En el 2014, la Unep anunció su preocupación por el crecimiento de
residuos plásticos en los océanos, y varias ONG, como The Ocean Conservancy,
han llevado a cabo investigaciones, estudios y campañas para promover la
concientización de los usuarios.
Los gobiernos del mundo han lanzado estrategias para limitar la venta de
bolsas de plástico, como cobrárselas a los clientes o cargar con impuestos
(como ha sucedido en Europa) a productores y tiendas que las distribuyen. Un
estudio reciente de la Universidad de Dalhousie, en Canadá, indica que en
África y Asia ya hay países que las prohibieron por completo.
Lo que resalta en este estudio es que en Suramérica las políticas de
regulación de las bolsas de plástico son limitadas. De acuerdo con la
investigación, no son muchos los países que se han ocupado en atender el
problema, entre ellos Colombia, que planea reducir el uso de bolsas de plástico
en un 80 por ciento para el año 2020 y eliminar su uso para el 2025. Argentina
es otro ejemplo, ya que Buenos Aires prohibió a los supermercados emplear
bolsas plásticas a partir de este año.
El estudio recomienda a los países latinoamericanos comenzar a
implementar estrategias para reducir el uso de bolsas plásticas ligeras y
pequeñas en las tiendas y reemplazarlas por bolsas reutilizables. Aunque este
tipo de medidas han marcado un progreso, todavía abundan las naciones que
carecen de estrategias de implementación, sobre todo en los países de
Norteamérica y Suramérica. Hasta hoy, la mayoría de los avances, aparte de
África y Asia, han estado impulsados por Oceanía.
Los ecologistas sostienen que el océano es la sangre de nuestro planeta
y que contaminarlo despiadadamente es algo que tarde o temprano terminará
afectando nuestra salud. Lo positivo es que en
estos casos es posible comenzar a dar una mano por voluntad propia, usando bolsas
biodegradables (que ya empiezan a ser fabricadas) o las llamadas ‘bolsas
verdes’, que son lavables y pueden reutilizarse hasta 100 veces. Todo
esto sin nombrar la alternativa de las bolsas de tela. Estos pueden ser un
pequeño pero efectivo paso para reducir los peligros de la vida silvestre y, en
especial, de los animales marinos.
¿CÓMO AFECTAN LOS RESIDUOS PLÁSTICOS A LA VIDA ANIMAL?
¿SABÍAS QUE CADA AÑO LOS RESIDUOS PLÁSTICOS EN EL MAR MATAN A 1,5
MILLONES DE ANIMALES? LA AMENAZA ES REAL Y TIENE NOMBRE: “EL SÉPTIMO
CONTINENTE”, MASAS NO COMPACTAS DE DESECHOS PLÁSTICOS QUE ESTÁN A LA DERIVA EN
LOS TRES PRINCIPALES OCÉANOS. EL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN PARA EL DESARROLLO
(IRD) DE FRANCIA ESTIMA QUE 1,5 MILLONES DE AVES, PECES, BALLENAS Y
TORTUGAS MUEREN AL AÑO POR ESTE EFECTO DE LA CONTAMINACIÓN MARÍTIMA.
SÓLO EN EL PACÍFICO NORTE, SE CALCULA QUE EL 30% DE LOS PECES HAN INGERIDO
PLÁSTICO EN SU CICLO DE VIDA CON EFECTOS DEVASTADORES PARA SU CRECIMIENTO Y
DESARROLLO. CEPILLOS DE DIENTES, BOMBILLAS, TAPAS DE BOTELLAS, OBJETOS
PROCEDENTES DE ALCANTARILLAS Y MICROSCÓPICOS DESECHOS DE PLÁSTICOS FORMAN UN
REMOLINO DE MILLONES DE TONELADAS DE PLÁSTICO QUE SE CONCENTRA EN MEDIO DEL
PACÍFICO, A UNOS 1.000 KILÓMETROS DE HAWAI. CONOCIDO COMO EL “GRAN PARCHE DE
BASURA DEL PACÍFICO”, LA “GRAN ISLA DE BASURA”, LA “GRAN SOPA DE PLÁSTICO” O EL
“SÉPTIMO CONTINENTE”, LA AMENAZA AL ECOSISTEMA MARINO ES REAL.
Los
plásticos en los océanos pueden causar daño cerebral a los peces.
Las nanopartículas de plástico en el agua de los
océanos pueden terminar en el cebrero de los peces y causar daño cerebral, lo
cual es la causa probable de los trastornos en el
comportamiento observados en algunos de ellos, como concluye un
estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lund (Suecia)
y publicado en la revista «Scientific Reports».
Un 10% del plástico producido en
todo el mundo termina finalmente en los océanos, por lo que una gran mayoría de
los desechos marinos globales son residuos de plástico. La producción humana de
estos materiales es una preocupación ambiental bien
conocida, pero pocos estudios han analizdo los efectos de las diminutas
partículas de plástico.
«Nuestro estudio es el primero en demostrar que las
partículas de plástico nanométricas pueden acumularse en el cerebro de
los peces», asegura Tommy Cedervall, investigador de química en la Universidad
de Lund. Los investigadores estudiaron cómo los nanoplásticos pueden ser
transportados a través de diferentes organismos en el ecosistema acuático, es
decir, a través de algas y plancton animal
a peces más grandes. Pequeñas partículas de plástico en
el agua son comidas por el plancton animal, que, a su vez, es
ingerido por peces.
Trastornos visibles.
Según Cedervall, el estudio incluye varios resultados interesantessobre cómo el
plástico de diferentes tamaños afecta a los organismos acuáticos. Lo más
importante es que proporciona pruebas de que las partículas nanoplásticas
pueden cruzar la barrera hematoencefálica en los peces y acumularse dentro del
tejido cerebral del pez.
Además, los investigadores hallaron trastornos del
comportamiento en los peces que se ven afectados por los nanoplásticos, puesto
que comen más despacio y exploran menos sus
alrededores. Los investigadores creen que estos cambios de comportamiento
pueden estar relacionados con el daño cerebral causado por la presencia de
nanoplásticos en el cerebro. Otro resultado del estudio es que el plancton
animal muere cuando se expone a partículas de plástico nanométricas,
mientras que no les afectan las partículas de plástico más grandes. En general,
estos diferentes efectos de los nanoplásticos pueden tener un impacto en
el ecosistema en su conjunto.
«Es importante estudiar cómo los plásticos afectan
los ecosistemas y que las partículas nanoplásticas probablemente tengan un impacto más peligroso en los ecosistemas
acuáticos que las piezas más grandes de plástico», dice Tommy
Cedervall. Sin embargo, no se atreve a concluir que las nanopartículas de
plástico podrían acumularse en otros tejidos de los peces y, por lo tanto, ser
transmitidas a los seres humanos a través del consumo.
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Comentarios
Muy buena informacion ♡
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